La capacidad de disfrutar la vida protegerá contra la inflamación

¿Quién de nosotros en la infancia no miró la nube de una forma extraña, cómo las hormigas llevan comida a lo largo del camino, sobre las partículas de polvo que bailan en los rayos del sol? Sucede que, absorbidos por nuestra vida adulta con sus dificultades y limitaciones, poco a poco perdemos la capacidad de reaccionar emocionalmente a la belleza del mundo que nos rodea. Pero la capacidad de admirar lo que ves afecta la calidad de vida, dice Ilyos Kotsu, especialista en psicología positiva.

El estudio encontró una conexión entre las emociones y el nivel de citoquinas en la sangre, que son indicadores de inflamación: desde aquellos que son sobre todo una gran cantidad de fuertes emociones positivas como la admiración y sorpresa agradable, los niveles de citoquinas fue el más bajo. En este sentido, se puede notar que la capacidad de soportar el estrés y ser feliz ayuda de alguna manera a evitar enfermedades inflamatorias e infecciosas.

Ejercicios

1. Experimentamos admiración, sentimos contacto con la naturaleza, escuchamos música o admiramos la obra de arte. Pero en nuestra vida hay muchas otras situaciones en las que podemos dejar que la belleza del mundo nos conmueva. Para ello necesitamos cultivar "la mente del alumno": deshacerse de la prisa y las reacciones automáticas que estamos limitados, y mirar el mundo con ojos frescos y atento, sin juicio.

De la misma manera, maravillándonos, redescubrimos el mundo y podemos apreciar completamente lo que nos rodea. Y entonces todo se convierte en una fuente de admiración: nuestro negocio habitual, nuestras relaciones, caminar, trabajar en nuestro cuerpo Usted puede tener un "diario" de estos momentos mediante el registro de sus sentimientos, y todo lo que se encuentra en su respuesta del corazón que sorprendió, sorprendido, encantada, encantada.

2. Otro remedio simple - por unos segundos para perder de vista que la "sobrecarga" órgano más sentido, para dirigir más atención a los otros canales - para cerrar los ojos y sentir, tocar, saborear, escuchar de verdad.